El Liderazgo del CEO en el Fútbol: Desde la Gestión de Conflictos hasta la Construcción de un Club Ganador
- Rocco Baldassarre
- 16 mar
- 4 Min. de lectura
Un club de fútbol que aspire a alcanzar la élite no puede basarse solo en las cualidades técnicas del equipo o en las estrategias de mercado. Necesita un salto cualitativo en términos de visión, además de crear un ecosistema en el que todos los componentes (jugadores, cuerpo técnico, directivos y aficionados) trabajen en la misma dirección.
El CEO de un club ambicioso no debe ser solo un gestor de recursos financieros, sino sobre todo un creador de cultura y un facilitador de éxitos a largo plazo. Para hacerlo, debe dominar el arte de la gestión de personas, evitando convertirse en una fuente continua de conflictos y tensiones. Aquí analizamos algunas estrategias posibles para transformar el liderazgo de un CEO de autoritario a estratégico.

Entender las Verdaderas Barreras para el Éxito Antes de Imponer la Propia Visión
Uno de los errores más comunes es pensar que basta con invertir en jugadores talentosos para obtener resultados inmediatos. La realidad es más compleja: la razón por la que un equipo no alcanza ciertos objetivos a menudo está relacionada también con barreras internas, culturales y organizativas, más que con la calidad de la plantilla.
Un CEO de alto nivel debe identificar primero estas barreras:
Resistencia Interna: Un cuerpo técnico reacio a innovar, directivos que defienden posiciones de poder, jugadores poco adaptados a una mentalidad ganadora.
Problemas Culturales: Un club sin una identidad clara nunca podrá ser un referente. Sin una cultura bien definida, cada éxito correrá el riesgo de ser efímero.
Falta de Visión Compartida: Si el presidente quiere un modelo estilo Manchester City, el director deportivo apunta al Ajax y el entrenador tiene en mente el Milan de Sacchi, el proyecto no funcionará.
Negar estos problemas significa reforzarlos. El CEO debe sacarlos a la luz y enfrentarlos con decisión, sin miedo a ponerlos sobre la mesa.
Etiquetar los Miedos para Transformarlos en Confianza
El fútbol es un entorno emocionalmente inestable. Jugadores, entrenadores y directivos están constantemente bajo presión, y los miedos influyen en sus decisiones más de lo que generalmente se reconoce.
Un CEO nunca debe ignorar estos aspectos, sino etiquetarlos para hacerlos gestionables. Por ejemplo:
Si un entrenador teme que la sociedad haya perdido la confianza en él, el CEO puede decir: “Sé que sientes que nuestra confianza en ti puede estar en duda después de estos resultados”. Esto quita fuerza al miedo y abre la puerta a un enfrentamiento constructivo.
Si los aficionados temen que el club esté perdiendo su identidad, el CEO puede abordarlo públicamente: “Sabemos que los aficionados quieren ver un Milan fiel a su historia. Es precisamente por eso que estamos trabajando en una estrategia a largo plazo”.
Las personas se sienten comprendidas cuando sus miedos son reconocidos. Y una vez que el miedo se expone a la luz, pierde su poder.
Anticipar las Críticas para Desactivarlas
Cada CEO está bajo los focos, y las críticas son parte del juego. Sin embargo, un líder inteligente sabe que anticipar los ataques ayuda a neutralizarlos antes de que se conviertan en un problema.
Si un equipo ha hecho un mercado poco llamativo, en lugar de esperar las críticas, el CEO puede decir en una rueda de prensa: “Sé que muchos esperaban fichajes más llamativos. Hemos tomado decisiones estratégicas y estamos confiados en los jóvenes que hemos incorporado”.
Si el club está atravesando una fase de transición y los aficionados están impacientes, el CEO puede decir: “Sabemos que los aficionados quieren ganar inmediatamente. Estamos construyendo algo que dure en el tiempo”.
Cuando una acusación es dicha en voz alta por quien la sufre, pierde su efecto dramático. Y a menudo empuja a la otra parte a reducir su ataque.
Crear una Cultura de Club que Valore a Todos sus Componentes
Un club ganador no se construye solo con inversiones, sino con una identidad clara y compartida. El CEO debe ser el garante de esta cultura y asegurarse de que todos se sientan parte de ella.
Jugadores: Deben entender que forman parte de un proyecto más grande que ellos mismos. Cada nuevo fichaje debe ser elegido no solo por sus cualidades técnicas, sino por su compatibilidad con la mentalidad del club.
Entrenadores: Deben estar involucrados en un proceso de crecimiento constante. El CEO debe apoyar al entrenador, pero también desafiarlo a mejorar.
Directivos: Deben trabajar por el bien común, sin luchas internas de poder. Un club dividido a nivel directivo nunca podrá ser exitoso.
Aficionados y patrocinadores: Deben ser parte de la visión, no solo espectadores. Comunicar de manera transparente ayuda a crear confianza y un sentido de pertenencia.
Conclusión: El CEO como Constructor de un Club Ganador
Ser CEO de un club que apunta a la élite no significa solo gestionar presupuestos y salarios. Significa construir una identidad fuerte, reducir los conflictos internos, anticipar tensiones y transformar al club en una organización cohesionada.
Un verdadero líder no se impone con la fuerza, sino que guía con inteligencia. Y en el fútbol moderno, donde la gestión es cada vez más sofisticada, esto puede ser la diferencia entre un club que sueña con el éxito y uno que realmente lo alcanza.
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